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/En la naturaleza se dan situaciones raras, increíbles, que pueden parecer imposibles: hongos que transforman a las hormigas en zombies, cigarras que pasan la vida bajo suelo y solo salen a la superficie una vez cada 17 años, plantas y orugas carnívoras, moscas que bucean en petróleo... Cosas inimaginables, a cada cuál más sorprendente y que, aparentemente, carecen de sentido.
Theodosius Dobzhansky, un eminente biólogo evolutivo, pronunció esta frase por primera vez en 1964, aunque no fue hasta 1973 que lo puso negro sobre blanco. Dobzhansky propuso que todo en la naturaleza tiene sentido si intentamos comprenderlo desde un punto de vista evolutivo 1.
Pongamos un ejemplo: la diversidad de especies. ¿Por qué hay tantas especies diferentes? A día de hoy hay alrededor de 1,5 millones de especies descritas. Aunque nadie se pone de acuerdo 2 , el número real es probablemente mucho más alto, dado que con toda probabilidad hay especies que no hemos descubierto, tanto de organismos macroscópicos (aquellos que vemos a simple vista), como microscópicos. En cualquier caso, el número de especies en la naturaleza es inmenso. ¿A qué se debe esta diversidad?
Dobhzansky argumenta que sólo podemos entender por qué hay tantas especies si pensamos a la luz de la evolución. Para él la única explicación que tiene sentido es que esta ingente cantidad de especies ha evolucionado como respuesta a la diversidad de ambientes que existen en la naturaleza. Diferentes especies han ido evolucionando y adaptándose a la diversidad de nichos ecológicos que existen. Unos se han adaptado a vivir en los árboles, otros en el agua, otros como los parásitos intestinales, dentro del sistema digestivo de otros animales. Y así, todos. Los organismos se adaptan a vivir en medios en los que tienen más probabilidades de sobrevivir. Así, a veces, se adaptan a vivir en sitios rarísimos, pero donde no compiten por el espacio o los recursos con nadie más.
Según Dobhzhansky, uno de los casos más extraños que existen, con permiso de la mosca del petróleo, es el de unos hongos (de la familia Laboulbeniaceae) que han evolucionado y adaptado de forma que crecen sólo y exclusivamente en la porción trasera de las alas duras (los élitros) del escarabajo Aphenops cronei. ¿Se puede ser más específico que eso?
En este blog vamos a hablar de estas cosas. De cómo la evolución ha dado forma a los fenómenos que vemos en la naturaleza, por muy extravagantes que parezcan. Algunas cosas se habrán descubierto hace tiempo, y otras las iremos contando según se vayan desvelando.
Mi objetivo es contribuir a sacar la ciencia de los laboratorios y acercarla a la calle. Contar las maravillas de la naturaleza que se dan cualquier rincón del globo a aquellos que no podemos verlas en persona. Acentuar, que no saciar, la curiosidad de aquellos que están intrigados por el mundo que nos rodea, y tratar de cautivar a aquellos que sienten que la ciencia es sólo cosa de científicos. Al fin y al cabo, aunque una minoría trabajamos describiendo los fenómenos naturales, todos tenemos el derecho (y el lujo) de poder disfrutar de la belleza de su descubrimiento.
*Esta frase es tan famosa que tiene su propia página en Wikipedia
Referencias
1 Dobhzansky T. (1973) Nothing in biology makes sense except in the light of Evolution. American Biology Teacher, 35 (3): 125–129).
2 Caley et al. (2014) Global species richness estimates have not converged. Trends in Ecology & Evolution, Vol. 29, No. 4, pp. 187-188)